8.8.13

Graffiti: KILER

Cuenta la leyenda que en una cueva perdida de algún monte de la Península Ibérica habita un ser de extraña mirada y desgarbados andares. Este especimen de humano fue el resultado de un raro experimento genético realizado a su madre justo antes de ser fecundada. Ésta al ver lo que había dado a luz, sufrió tal tipo de rechazo hacia él que decidió abandonarlo a su suerte en un monte al anochecer. Pero Kiler ( así lo llaman los lugareños), aun habiendo nacido como el hijo que nadie quiso jamás, tuvo "suerte" y fue amamantado por una hembra de chacal albino la cual lo crió hasta bien entrada la 
pubertad.
Kiler, adoptó comportamientos escurridizos y nunca permitió que nadie viera su cara nunca más ya que el rechazo que sufrió en su mas tempranos días hizo de él una alimaña de la noche. Una noche de luna llena bajó, como tantas otras, al poblado mas cercano a alimentarse de sangre de una joven virgen y cayó en sus manos, sin nadie saber como, una lata llena de pintura. Desde entonces, se alimenta de costra de túneles y agua de baterías. Cada cierto tiempo, y sin que nadie se lo espere, repta por las galerías y trepa por muros par dejar constancia que te vigila, y que no hay que subestimar el poder de un despojo humano criado en la mas oscuras de las noches. Y si alguna noche escuchas ruidos extraños en la cochera, ten cuidado, Kiler es el nombre, recuérdalo. Ch.